domingo, 1 de junio de 2014

Capitulo 24

Cuando llegamos a su última parada, el sol estaba en el punto más alto en el cielo y no había ni una sola nube que nos hiciera el favor de esconderlo aunque fuere un par de segundos. El suelo estaba árido y la vegetación en el lugar era escasa.  Frente a nosotros había una gasolinera y un motel de mala muerte. A juzgar por la mueca de Cassy a ella le agrado tanto como a mí la decisión de quedarse ahí (nótese la ironía). La tierra estaba tan caliente que atravesaba la suela de mis zapatos como llamas abrasadoras. Nos despedimos de Mauro con un movimiento de mano y le agradecimos el aventón, Mauro me guiñó el ojo como recordatorio de nuestra charla de anoche, Cassy me miró sin comprender cuando yo le devolví el gesto con un asentimiento de cabeza.

Una vez que el tráiler se perdió en el horizonte nos giramos sobre nuestros pies y nos acercamos al motel casi dando saltitos por el suelo hirviente. El cristal de la puerta giratoria estaba tan polvoso que llegue a dudar que el motel siguiera en servicio. Haciendo uso de nuestra fuerza giramos la puerta hasta lograr estar dentro, un chirrido metálico reitero el hecho de falta de aceite en las bisagras giratorias. El suelo amarillento y sucio grababa nuestras huellas a cada paso que dábamos hacia la mesilla medio corroída con un cartel que rezaba “recepción”.  Detrás del mostrador un hombre de ya entrados los cuarentas, con la barriga alzada y al aire e inútilmente cubierta por un intento de camiseta, que se encontraba manchada de los aderezos de su grasienta hamburguesa, nos miró de arriba abajo con un deje de desprecio. Aún con comida a medio masticar en la boca nos habló.

–¿Qué desean? No regalo agua ni presto el baño a menos de que sean clientes.

–Queremos alquilar una habitación… por difícil que parezca.

–¡Ah! Vaya, vaya… eso es diferente

Se chupó los dedos y se sentó bien en la silla, se inclinó sobre un ordenador antiquísimo y empezó a teclear 
usando únicamente sus dos dedos índices, sí, recién lamidos por su lengua llena de restos de hamburguesa.

–¿A nombre de quien pongo la habitación?

–De Tom…

Fui interrumpido por unos golpes… el recepcionista le daba manotazos descontrolados al pobre ordenador que no podía más. Al final se dio por vencido y sacó de un cajón una libreta manchada de café y a saber que más. Tomó un lápiz mordisqueado y humedeció la punta.

–Disculpe ¿a nombre de quien decía usted?

–Tom Kaulitz

Pronuncié tan rápido, como si de esa forma esperara que mi nombre no se manchara con la mugre de ese hombre. El tipo, al parecer, no me entendió bien y, con trazos ilegibles, escribió: Tom Keultiz. No me importo, no le corregí.

–Muy bien. Aquí tienen.

Nos tendió un llavero, con tres llaves de igual forma pero diferente tamaño. En realidad, se lo tendió a Cassy. El chico la miraba con ensoñación, ella por su parte lo miraba con indiscutible repugnancia, y no era 
para menos…

Cassy sacó un paquetito de pañuelos desechables de su bolsillo, tomó un par y los puso concienzudamente sobre la palma de su mano, misma que extendió para que el tipo soltara las llaves en ella sin llegar a rozarla directamente. 

Una vez que Cassy se hiso con las llaves, prácticamente se pegó a mi lado buscando esconderse de la mirada morbosa de tan asqueroso personaje. La abracé por los hombros para hacerme notar.

Subimos los escalones casi abrazados uno del otro y muy lentamente para no caer, ¡los peldaños temblaban bajo nuestro peso!, pasado el primer obstáculo llegamos al pasillo, estaba muy oscuro para ser mediodía, aunque no era muy extraño si no había ni un solo agujero para que pasara la luz, estaba totalmente cerrado. Las puertas a los lados se caían a pedazos, y los números se perdían bajo el óxido de las placas de metal sobre los que estaban escritos.

Llegamos al número de habitación que el llavero indicaba: 25. Miramos las tres llaves y dedujimos que la de mayor tamaño tenía que ser la de la puerta, no nos equivocamos, la cerradura cedió tras un breve “cluc” y se abrió haciendo un ruido digno de película de terror, incluso se me erizaron los vellos de la nuca.  Asomamos la cabeza con miedo. Aparte de las dos camas con colchones cubiertos con sobrecamas agujerados, el escaso inmobiliario cubierto por una capa de polvo fino, el suelo cubierto por una sospechosa alfombra esponjosa y las paredes cubiertas por ese abominable tapiz a rayas rojas y lo que en su momento debió ser blanco, no había anda que temer. Entramos cerciorándonos de donde pisábamos. Pase un dedo por la superficie de una mesa y comprobé que la capa de polvo no era fina sino bastante más gruesa. Cassy se sentó en una de las camas y dio un par de saltitos, la cama siguió estable aunque seguía sin verse cómoda. Había una puerta al lado, supuse que era el baño, intente abrirlo pero estaba cerrado, no quise insistir.

–Bien… esto no es lo que esperaba – Escuché a Cassy a mis espaldas, me giré, no entendía a que se refería con aquel comentario.

No hiso falta preguntar, Cassy miraba la puerta del mini bar tirada en la alfombra, con la pequeña llavecita en la cerradura oxidada de la misma, sin embargo eso no era lo sorprendente, lo sorprendente era el contenido del mini bar, había una botella nueva de champagne, fría y de una marca de calidad. No contrastaba para nada con el resto del escenario que nos rodeaba. Cassy la tomó con cuidado, temiendo que se desvaneciese entre sus dedos, como hecha de arena. Le echó un vistazo rápido y me la pasó. La examine con cuidado, con atención, no parecía haber nada fuera de lo común con la botella, pero no debía fiarme, pues si estaba bastante fuera de lo común la botella en un lugar como este.

–Parece no tener nada extraño, pero aun así preferiría que no la tocáramos – declaré

Ella asintió de acuerdo.

–¿Ya abriste el baño? – me preguntó

–No, pero pásame la llave y le echare un vistazo

Me pasó la llave de una forma un poco torpe, casi cae al suelo pero la atrapé a tiempo. Ella bajó la vista avergonzada y yo decidí pasarlo por alto.

Metí la llave en la cerradura de la puerta del baño y como había pasado con la puerta principal está se abrió tras un breve “cluc”. Asomé la cabeza con la posición en guardia, ¡no iba a arriesgarme a que una rata mutante gigante asesina me atacara! Además de un tenue olor a agua estancada no había nada malo con el baño, se veía limpio… tan limpio como puede estar un baño en desuso durante al menos un siglo (exagero un poco). Entré. No había ratas mutantes gigantes asesinas, ni ningún otro animalejo. Me asomé a la ducha, había una capa de sarro en el azulejo. La llave del lavabo estaba rota y el espejo estaba fisurado. Tiré de la cadena del retrete y esta funciono a la perfección.

–Humm…todo en orden

–Tom

–¿Qué pasa?

–¿Por qué no habrá ventanas?

Miré alrededor, efectivamente no había ni una sola ventana, ni siquiera una pequeñita, por ningún lado. Ni en la habitación, ni en el baño, ni siquiera había alguna en el pasillo. Me aflojé el cuello de la camisa con un dedo. Empezaba a sentir claustrofobia.

–Tom, no me gusta este lugar, mejor vámonos.

–Cassy, estamos en mitad de la carretera no podemos irnos, nos agarrara la noche en algún punto muerto del trayecto ¿y entonces que haremos?

–Tom… ¡Por favor! ¡Algo me da mala espina!

–Cassy, tranquila. Te prometo que sólo pasaremos esta noche, mañana a primera hora, cuando salgan los primeros rayos de sol, nos iremos de aquí.

–¿Hablas enserio con pasar la noche aquí?

–¡Por supuesto! Sólo será una noche, es un lugar de lo más desagradable, lo reconozco pero… qué más puedo hacer.

–Sacarnos de aquí

–A veces te comportas como una niña malcriada. ¡Esto no es un cuento de hadas! No puedo llevarte en mi corcel blanco a un palacio de color rosa, estoy tratando de alejarte del peligro lo mejor que puedo, ¿te crees que me encanta estar en medio de la carretera en este pestilente lugar en vez de en mi casa, dormido bajo mis sábanas y viendo alguna serie tonta en la televisión?

–Okey, ya comprendí tu punto, pero ahora comprende el mío, ¡el lugar se ve abandonado, no hay ni una maldita ventana en todo el edificio y hay una botella nueva y cara de champagne en el mini bar que se desarmo al primer toque! ¿No notas algo extraño?

Empecé a replantearme lo de salir de aquí, muy seriamente. Ella continúo.

–No te estoy pidiendo que me lleves en tu corcel a un palacio, te pido que busquemos otro sitio, no importa que sea tan horrible como este, sólo que no sea una caja sin ventanas… es como una trampa… para que no puedan escapar los visitantes.

–Cassy, no seas paranoica, sólo fue un mal arquitecto.

El pulso se me aceleró, lo único que deseaba en este momento es que ella no se girara, que no mirara hacia atrás.

–¡Tom por Dios! No seas idiota, ¡todo el peligro está más que claro! La botella de champagne ahora que lo pienso, alguien la coloco ahí, ¡tú la tocaste! Estaba fría y el mini bar se deshizo, inservible en su totalidad ¿no te parece sospechoso?

–Por supuesto que me parece sospechoso, ¿Por qué crees que te dije que no la tocáramos?

–¿Crees que contenga veneno?

–Sí, sí, es probable – tragué duro… Cassy no te gires, no te muevas. ¡Por supuesto que esta envenenada!

–Tom… ¿te sientes bien? Te ves un poco pálido

–Cassy… ven, ven aquí

Abrí mis brazos invitándola a un abrazo, a que hundiera su cabeza en mi pecho, en mi cuello. Quería reconfortarle… pero principalmente alejarla de la botella de champagne que había dejado en el suelo, esa misma que había empezado a bailar sobre la alfombra como si acumulara presión para una explosión inminente. Había empezado a derramar parte de su contenido y la etiqueta de la botella, así como la alfombra empezaban a desintegrarse como si les hubiera rociado ácido. De la esponjosa alfombra escapaban algunos insectos y arañas que habían estado ahí escondidos, se estaban retorciendo, se estaban quemando ¿pero qué demonios era eso?

–Cassy… está bien, vamos a dar un paseo.

–¿Ahora?

–Sí, despejémonos un rato.

–De acuerdo

Iba a explotar ¡iba a explotar!

Prácticamente la empujé afuera. Cerré la puerta con fuerza y la besé. Esperaba que con mi sorpresivo beso  no escuchara el ruido de la botella al estallar, de los vidrios golpeándolo todo. Una vez el silencio volvió a tomar lugar separé mis labios de los suyos.

El ruido húmedo que hicieron nuestros labios estalló en mis oídos como música. La miré. Se había sonrojado y sus labios rosados estaban brillantes. El pulso acelerado de mi corazón golpeaba mis sienes y la 
respiración que compartíamos era irregular.

–De pronto eres extraño… muy impulsivo.

–¿Explosivo?

–Impulsivo – me corrigió – bueno… también explosivo.

Volvió a unir nuestros labios.

–Cof, cof – nos separamos y nos giramos al origen de la interrupción. Un chico de no más de dieciséis años nos miraba en el principio del corredor, venía acompañado de un niño más pequeño, de unos cinco años más o menos.

Me recordó vagamente a la película de “El Resplandor”. Me recorrió un escalofrío.

–Dice mi hermano que si no quieren servicio a la habitación – dijo el niño con voz nerviosa.

–No, no gracias – respondí, cortado.

–¿Algo más que se le ofrezca a la señorita?

 Elle negó con la cabeza.

–Gracias por el regalo – empecé a tantear el terreno.

–De nada… ¿cuál regalo?

–La botella de champagne

–¿Estas tratando de tomarme el pelo? Aquí no hay de esas cosas, si quieres una cerveza tendrás que pagarla abajo aquí no se regala nada y menos de eso porque aquí no hay, nada más hay cerveza.

El niño había tomado mi comentario como una ofensa, como si me estuviera burlando de la falta de elegancia del lugar. Así que si la botella no era de aquí alguien más debió haberla traído y colocado en nuestra habitación pero ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo?... ¿Por qué?

Bueno el por qué era obvio: para matarnos… o asustarnos como ha logrado, porque ¿Una botella cómo esa en un lugar como este? O cree que somos estúpidos o quería que pasara tal como sí paso. Un buen susto, una advertencia o una muerte muy dolorosa.

–Lo siento si te ofendí, solo era una broma – mentí – Iremos a comprar algunas cosas aquí a la gasolinera, volveremos pronto.

El niño asintió con expresión de “y a mí qué me importa”.

Tomé la mano de Cassy y camine a paso rápido hasta las escaleras, me detuve en seco cuando el niño tocó a otra puerta, Cassy estuvo a punto de caer por mi brusquedad. La puerta se abrió y una voz encolerizada corrió a los niños, que se quedaron con el ofrecimiento en la punta de la lengua. Me parecía increíble que hubiera otro inquilino a parte de nosotros.

Cuando la puerta se cerró de nuevo dando un portazo, volvimos a emprender camino hacia afuera.
Una vez afuera la llevé hasta la gasolinera, hacia la tienda poco surtida de al fondo. La guie hasta el fondo de la tienda, donde los congeladores viejos opacarían el sonido de nuestras voces con el ruido que emitían.

–¿Qué te pasa? ¿por qué…? – le tapé la boca un la mano

–Shhh.  Quiero que elijas algo, lo que sea. Te lo compraré, pero escoge bien, tárdate lo que necesites,  te espero en la caja.

La dejé, completamente confundida. Sentía su mirada.

Llegué a la caja y la miré de nuevo, me había obedecido a final de cuentas, estaba viendo con atención los productos.

–¿Busca algo en especial? – el chico de la caja me sonrió.

–Sí, verás… mi novia y yo estamos buscando a su hermana, no debería importarte esto pero se ha peleado con su esposo, cogió el carro y se fue… ahora está perdida y hemos tenido que salir nosotros a buscarla. 
Dijo que estaba en algún motel de esta carretera pero hasta el momento no hemos tenido suerte ¿sabes si hay alguno cerca de aquí?

–No has tenido suerte en este ¿eh? No la culpo, el motel este es una mierda, hay mejores a los alrededores, más adelante hay un par uno está a una media hora de aquí en carro y el otro está pero hacia el este a unos cuarenta y cinco minutos en carro.

–¿y que me puedes decir de por aquí?, estamos algo preocupados ¿sabes?

–Bueno, es una carretera cualquiera, con sus buenos y malos tramos, sus buenas y malas historias y por su puesto sus malos moteles. Si fuera una mujer despechada por supuesto que me quedaría en un motel más o menos a esta altura de la carretera, ni muy cerca de la ciudad ni muy próxima a la otra, pero más de ida que de regreso, no me extraña que no se quedara en un motel de más atrás. 

Asentí con la cabeza, fingiendo que me importaba su opinión.

 >> En este motel, si ya lo revisaste, creo que es obvio que no se quedaría ahí ni aunque le apuntaran con una pistola – rio – es un edificio horrible y de terrible historia.

–¿Terrible historia?

–Sí, prometía ser un hotel precioso pero la familia quedo en quiebra y lo dejaron  a medio construir, lo compro otra familia, más pobretona y más avariciosa, muy poco visionaria y terminó de construirlo como un bloque, ya sabes, sin ventanas ni ningún elemento atractivo. Por supuesto no tuvo éxito y quedo abandonado hasta hace poco que ese bobalicón se instaló ahí sin el permiso de nadie, y sin invertir ni siquiera en la limpieza, renta habitaciones. No creo que saque nada de ese bloque mal hecho de habitaciones, pero tiene consigo a unos tres o cuatro niños que según él son sus hermanos, cosa que, aquí entre nos, dudo seriamente, ellos mendigan en la gasolinera y de ahí saca para el día.

–Un final desafortunado

–Vaya que sí, pero lo más fuerte es la razón por la que no lo compraban

–¿Cuál?

–Era un edificio que usaban como cuartel de delincuentes, intercambiar paquetes de drogas, arreglar cuentas. Pero eso fue hace mucho… ya estaba completamente abandonado para cuando ese se lo adueño.

–¿y crees que aún lo frecuenten algunos delincuentes?

–No lo dudaría

–¿Y qué me dices de los otros dos moteles?

–Pues volviendo con la mujer despechada… hum, yo me iría al que está en el este si no quisiera que me encontraran con facilidad, es pequeño y pertenece a una familia que vive ahí mismo, si no te fijas bien podrían pasar por ser simples casas de campo. Si quisiera por el contrario que me encontraran me iría al que está en línea recta, es más concurrido, buen precio, buena comida y buen servicio, tiene habitaciones bien distribuidas para que los que quieran pasar una noche pasional y los que no puedan estar tranquilos, y no se incomoden entre sí.

–Estas bien informado, eh.

–Sí, bueno… tú ya sabrás por donde buscar.

–¿Y a pie estará muy lejos?

–A una hora aproximadamente ¡pero no estarás pensando en irte caminado, hombre! Pronto va a anochecer, yo no me arriesgaría llevando conmigo a una chica.

–No creo que sea tan peligroso

–Pues yo creo que sí, es decir, no hay nada de aquí a cualquiera de los dos moteles ¿y si los asaltan o tienen algún accidente?

–Tendremos cuidado. Gracias.

Mostré mi mejor sonrisa. El chico se dio por vencido y negó desaprobatoriamente con la cabeza.

–¡Cariño! ¿Ya encontraste lo que necesitabas? – le grité a Cassy por sobre el hombro, quien al oírme llegó corriendo hasta mi con un paquete de chucherías, dos botellas de agua, dos sándwiches de jamón y un paquetito de ligas para el cabello.

–¡Lista!


El vendedor y yo nos miramos de forma cómplice. Nos esperaba toda una travesía todavía.
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Ok, desahoguense, diganme de cosas, lo que sea.... si es que aun alguien sigue leyendo u.u

6 comentarios:

  1. Hola soy nueva en tu fic, y déjame decirte q me encanto el cap aparte de q hay un gran enigma en ese motel suceden cosas extrañas y mas x lo q le contó el chico a Tom jajaja hay Tom diciéndole a Cassy cariño jeje fingiendo y ps ojala lleguen a algo mas, please no tardes tanto en subir quisiera saber q pasara en el proximo cap Tom se ira con Cassy en busca de otro motel? o investigara sobre el motel en donde están? estoy muy intrigada sube pronto please me gusta mucho tu fic y ya me leí todos los caps!!!

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  2. WHOOOLIIIISSSS !! que bueno que subiste!! estaba nsiosa por leer !! y para serte sincera no tengo nada malo que decirte (enserio) entiendo lo que es estar a falta de tiempo o de imaginacion y no poder subir :'( pero realmente no importa el tiempo !!! valio la pena la espera *-* aunq espero que subas un poco mas pronto :) ME ENCANTAA!!! tu fic *-* la amo enserio 1!!! y respecto al capitulo .... uuiii que miedo D: que horror ay no no no me quiero imaginar quien habra sido !! todo es un misterio D: que miedo todo !! pero aun asi me encanto !!! amo como es Tom *-* y espero que no pase nada de camino al proximo motel !!! me encanta me encanta enserio *-* <3 <3 <3 <3 <3

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  3. Sofii qie pasioo?? Xq nos abandonaste tanto tiempoo!!

    Que miedo ese motel!! Quien habrá puesto ese champan?? Edta tofo muy misteriosoo..

    Espero q subas pronto :)

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  4. AWW Que bueno que subiste cap , ya extrañaba esta leer esta novela *-* me encanta tu fic :) .
    Espero que subas pronto :D

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  5. Que apsooo contigooo???

    Subeee porfaaaaa..!!

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